COMUNICADO Y PRESENTACIÓN: La FEDERACIÓN DE ASOCIACIONES CONTRA EL RUIDO llama a la unión de todas las asociaciones
Asociaciones de vecinos de Cáceres, Badajoz, Granada, Madrid, Miranda de Ebro, Gran Canaria, Tenerife, Ibiza, País Vasco, Zaragoza, Barcelona, Logroño, Cartagena, Murcia y Santander, conscientes de la grave y problemática situación de indefensión que padecemos y ante la creciente generación de ruido que estamos sufriendo, hemos decidido unir nuestros esfuerzos para realizar una defensa común y constructiva de nuestro derecho a la salud y bienestar. Es necesario y urgente encontrar una solución frente a este ruido continuo y sistemático que está erosionando nuestras vidas.
Ciudades grandes y pequeñas, cascos históricos y zonas costeras consideradas de atracción turística están sufriendo un proceso de degradación que es preciso frenar. La saturación de locales de ocio y la invasión del espacio público por parte de las terrazas son las principales causas de esta transformación que está poniendo en riesgo nuestra salud y devaluando el valor del suelo de nuestras ciudades. Nuestros cascos históricos, algunos incluso protegidos por la Unesco, están saturados de actividades terciarias recreativas, molestas, ruidosas e insalubres que, con la instalación de terrazas en suelo público hasta altas horas de la madrugada, causan problemas de salud a los residentes, entorpecen el acceso a las viviendas, limitan el disfrute del turismo cultural y dificultan la movilidad de quienes necesitan un espacio amplio y libre para sus desplazamientos.
Al amparo de estas actividades terciarias recreativas están proliferando los botellones, el consumo de alcohol en menores, las concentraciones lúdicas y la celebración de macro eventos, marco en el que no faltan las peleas y reyertas. El denominador común de este ocio descontrolado es el ruido ensordecedor y destructor del equilibrio medio ambiental.
Asistimos a la degradación del medio ambiente urbano y natural; al deterioro de nuestras ciudades y barrios; a la vulneración de nuestros derechos y al despojo de la intimidad de nuestras viviendas. La basura invade nuestras playas y espacios públicos, que huelen mal y son focos generadores de enfermedades. Estamos ante un problema de salud pública. Los residentes de las ciudades, barrios y puntos de playa elegidos como destino y ocio nocturno de masas, al ver vulnerados nuestros derechos a la salud y a una vida digna en nuestros hogares, hace tiempo que venimos denunciando esta situación, tanto ante las autoridades municipales como ante las locales, insulares, comunidades autónomas y nacionales, sin que hasta ahora éstas hayan comprendido lo que supone un grave problema de salud, supervivencia y sostenibilidad, ni hayan ofrecido una respuesta positiva y efectiva.
Ante la invasión de un urbanismo depredador y la ausencia de un sentido cívico y social de planificación, ante esta sistemática vulneración de nuestros derechos, de las leyes que los protegen y de la protección del medio ambiente, ante el olvido de que somos guardianes de un patrimonio cultural con siglos de historia, que tiene reconocimiento internacional, hemos decidido unir nuestros esfuerzos para constituir la Federación de Asociaciones Contra el Ruido. Sus objetivos prioritarios son:
1.- Defender los derechos de los ciudadanos a la salud, a su integridad física y moral, a la intimidad personal y familiar, a la inviolabilidad de su domicilio y, en definitiva, todos aquellos
derechos inherentes a la persona, tal y como obliga nuestra Carta Magna -en la Sección 1a de los Derechos Fundamentales- de acuerdo a lo que propugnan la Unión Europea, la UNESCO, la Organización Mundial de la Salud, la Organización de las Naciones Unidas y las organizaciones y entidades internacionales con tratados que obligan a nuestros gobernantes.
2.- Defender el cumplimiento de la Ley 16/1985, de 25 de junio, de Patrimonio HistóricoEspañol que obliga a las autoridades municipales a conservar, custodiar y enriquecer el patrimonio histórico de su municipio, y denunciar su incumplimiento ante las administraciones competentes, tanto nacionales como internacionales.
3. Defender y exigir el cumplimiento de todas las leyes que regulan la protección del medio ambiente y nuestro ecosistema y riqueza natural, con especial atención al ruido y a la contaminación acústica, por su incidencia en la salud de las personas, en la calidad del desarrollo de sus relaciones y con el entorno. Todo ello como respuesta a los frecuentes casos en los que la normativa municipal es más permisiva que las leyes de las que emana, dando lugar a diferencias y agravios entre los ciudadanos de los distintos municipios.
Queremos que los diecisiete objetivos de desarrollo sostenible de la Agenda 2030 de la Organización de las Naciones Unidas sean una realidad en nuestras sociedades. Queremos que la salud, el bienestar, la reducción de las desigualdades, la producción y el consumo responsables sean una realidad en cada una de nuestras ciudades. Queremos paz, alianzas, justicia e instituciones sólidas para lograr su cumplimiento. Queremos ciudades y comunidades sostenibles.
Desde nuestra federación nos comprometemos a buscar soluciones para combatir este agente contaminante que se ha convertido en un problema ambiental crónico. La habitabilidad y la convivencia sostenible son nuestro punto de referencia. Queremos vivir en barrios y ciudades libres de ruidos y de basura procedente del ocio que se desarrolla junto a nuestras viviendas, en la calle invadida por mesas, sillas y taburetes.
Queremos disfrutar de un medio ambiente saludable, sin botellones ni macro conciertos que nos contaminen acústicamente. Queremos proteger nuestros cascos históricos, riqueza cultural que hemos recibido en herencia de nuestros antepasados y que estamos obligados a transmitir a las generaciones futuras. Los cascos históricos, núcleo de nuestra cultura, generan riqueza y tenemos que evitar su degradación.
Nuestra federación está abierta a la incorporación de todas aquellas asociaciones que compartan nuestros mismos objetivos y quieran unir sus esfuerzos a la mejora de la sociedad en que vivimos. Somos ajenos a vinculaciones religiosas y políticas. El respeto a las competencias y líneas de trabajo individuales de cada asociación será siempre el denominador común.
Unamos nuestros esfuerzos.