Este sábado, 5 de noviembre, a las 12.00 horas, se levantará un altar y se harán máscaras de calaveras, antesala de los talleres para escolares que se llevarán a cabo de lunes a viernes durante el mes de noviembre
La tradición mexicana del Día de los Muertos se vivirá con intensidad en noviembre en la Casa de Colón gracias a los talleres para familias y escolares agrupados bajo el título ‘Qué viva México’. La primera actividad se desarrollará este sábado, 5 de noviembre, a partir de las 12.00 horas, con la presentación del altar ofrenda dedicado al músico Juan Gabriel que se erigirá en uno de los patios del museo.
La cita del sábado en el centro dependiente de la Consejería de Cultura del Cabildo de Gran Canaria, de carácter gratuito, se completa con la invitación a las familias a participar en un taller para la realización de máscaras de calaveras de colores por parte de cada participante y la exhibición de una ‘catrina’, símbolo de la muerte, por parte de la Asociación Azteca de mexicanos en Canarias, que hace posible también la creación del altar.
Esta jornada festiva y familiar es el punto de partida de un mes de noviembre ‘de muerte’ con talleres dirigidos a escolares de Educación Primaria, Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato que tendrán lugar de lunes a viernes entre las 10.00 y las 12.00 horas. Las plazas son limitadas y se debe realizar una inscripción gratuita previa a través del correo electrónico Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo..
Los participantes tendrán la ocasión de realizar recorridos guiados en el que se pondrá especial énfasis en la colección de piezas precolombinas y la explicación de de todos los elementos que conforman el altar.
La Casa de Colón (Calle Colón, 1) difunde desde hace ya una década la tradición del Día de los Muertos, declarada en 2003 por la Unesco como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad al considerar que se trata de “una de las representaciones más relevantes del patrimonio vivo de México y el mundo”.
Esta curiosa costumbre tiene su origen en diversas culturas prehispánicas de Mesoamérica. Los pueblos maya, mexica, purépecha, nahua, totonaca y otros ya lo celebraban, así que se trata de una tradición que tiene más de 3.000 años de antigüedad. En esa época tenía lugar en agosto, coincidiendo con el final de la cosecha del maíz, la calabaza y el fríjol, productos que formaban parte de la ofrenda.
Las bebidas, comidas y objetos preferidos de los muertos
Cuando llegó el catolicismo a México, estas tradiciones se fusionaron con la celebración del día de Todos los Santos y de los Difuntos. En la actualidad se celebra en todo México, contando con algunas pequeñas particularidades diferenciadas por zonas.
Se cree que durante el 1 y el 2 de noviembre las almas de los familiares fallecidos visitan a sus parientes vivos, nutriéndose con los alimentos que se les ofrece en los altares hogareños. Las ofrendas que se les hacen les hacen gozar de nuevo de los placeres terrenales, por lo que en el altar están sus bebidas y comidas favoritas, entre otros objetos.
Durante las citadas fechas los mexicanos y mexicanas acuden a los cementerios para visitar a sus muertos, adornar sus tumbas, comer con ellos y compartir de nuevo las cosas que al difunto le gustaban en vida.