Comienza la segunda fase del proyecto para aprovechar los lodos y dejar de importar 11.100 toneladas de abonos
Dados los magníficos resultados de la fase I, el Cabildo, la Universidad y la COAG firman el convenio para acometer la siguiente etapa
El Cabildo invertirá 120.000 euros en este proyecto de investigación para aprovechar las 90.000 toneladas anuales de lodos de las depuradoras de Gran Canaria
Los cultivos de lechugas y calabacines han arrojado excelentes resultados, ahora se aplicará el compost a plátanos y papas
Los agricultores invierten 7 millones en importar abonos
Los magníficos resultados de la primera fase de la investigación para aprovechar las 90.0000 toneladas anuales de lodos de las depuradoras de Gran Canaria, convertirlas en compost agrícola y evitar importar 11.100 toneladas de abonos han motivado que hoy el Cabildo de Gran Canaria, la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y COAG-Canarias hayan firmado el convenio para pasar a la siguiente etapa del proyecto.
En la primera fase la experiencia se centró pequeñas plantaciones de ciclo corto, lechugas, calabacines y pimientos –“y había que ver las lechugas”, exclamó el presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales-, y ahora se hará en cultivos mayores de ciclos largos como plantaciones de plátanos, papas y frutales, entre otros, tanto en medianías como en costa, detalló el presidente de la COAG, Rafael Hernández.
El ciclo de cultivo es de un año, tiempo previsto por tanto para la obtención de los resultados de esta etapa para valorar pasar a la siguiente, que sería su comercialización. Para obtener una tonelada de producto es necesario utilizar aproximadamente una tonelada de lodo mezclada con otra de restos de poda, de manera que la producción de lodo de Gran Canaria es más que suficiente para cubrir la demanda interna.
Estudios en distintos cultivos, ciclos, suelos, tipos de lodos y seguimiento del producto tras la cosecha son solo alguno de los muchos aspectos que analiza este trabajo puntero en España que, de culminar con éxito, cambiará la agricultura, aseguró Hernández.
Beneficios de toda índole
Los beneficios de este innovador proyecto son casi innumerables, ya que abarcan desde evitar la importación del principal insumo de las plantaciones -7 millones de euros-, a eludir la gestión de 450.000 envases con el consiguiente ahorro de huella ecológica y emisiones.
Pero por otra parte, además se le da un mejor destino a los lodos que ahora se llevan a los ecoparques y van colmatando sus vasos, los cultivos ahorrarán agua –uno de los resultados es que necesitan menos-, y los productos, dadas las primeras evidencias-, serán mejores porque no estarán contaminados de nitritos y nitratos.
La rectora accidental de la Universidad, Trinidad Arcos, que firmó el convenio junto a Antonio Morales y Rafael Hernández, destacó por todo ello la importancia de un proyecto de estas características también para la Unviersidad, por cuanto representa la necesaria transferencia de conocimientos de los despachos a la sociedad.
Para lograr los objetivos, el Cabildo invierte con este convenio 120.000 euros, pues se trata de un proyecto que no solo quiere asegurar todos sus aspectos según la normativa actual, garantizará la seguridad alimentaria incluso con respecto a la normativa que viene, aún más restrictiva que la actual. “Si lo hacemos, lo hacemos bien”, apostilló el representante de los agricultores, quien aseguró que Gran Canaria es en este momento avanzadilla en España en este tipo de revalorizaciones.
“La posibilidad de convertir un residuo en un producto de valor para la agricultura es soberanía alimentaria con mayúscula”, celebró Rafael Hernández mientras mostraba su satisfacción por la “sensibilidad” del Cabildo de Gran Canaria, cuyo presidente ha reiterado que alcanzar mayores cotas de autonomía alimentaria es uno de sus principales objetivos.
Y para ello, sentenció Morales, es necesario avanzar asimismo en la autonomía hídrica y en producir los insumos que necesita el sector primario, ya que en la actualidad más del 90 por ciento, el más importante de ellos los abonos, según el objetivo trazado, dejaran de importarse de la Península y países de Alemania