Rotuladores con olor a frutas, decálogo para tratar a perros guías o jugar con braille, en la Ruta por la Accesibilidad de Gran Canaria
La Ruta por la Accesibilidad de Gran Canaria ha llegado a la capital, donde el público puede comprobar como rotuladores con olores a fruta según el color, juegos para aprender braille o un decálogo para tratar a los perros guías facilitan la vida a las personas con discapacidad y animan a la ciudadanía a promover una sociedad cada vez más inclusiva.
Y ello con lemas tan sugerentes como “Juntos encajamos” o “Yo también soy diferente” lucidos por las organizaciones participantes en esta propuesta que el Cabildo ha decidido llevar por los 21 municipios y que hoy fue recorrida por el presidente insular, Antonio Morales, la consejera de Política Social, Elena Máñez, y el alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, Augusto Hidalgo.
Las actividades se desarrollan en el Edificio Miller y el Parque de Santa Catalina, donde un circuito en sillas de rueda, que también fue probado por el presidente, muestra a los transeúntes las dificultades cotidianas que encuentra una persona en silla para recorrer la ciudad, desde suelos adoquinados a aceras de distintas alturas con algunas de las simulaciones que cualquiera puede tratar de superar en este encuentro y valorar si es fácil o difícil transitar en ruedas.
“Se ha hecho mucho, pero queda mucho por hacer”, aseguró el presidente, quien elogió el trabajo de las organizaciones implicadas en lograr avanzar en la concienciación, y por ende en la implicación ciudadana, pues Morales aseguró que a medida que está mejor informada, la población no duda en implicarse, tal como ha hecho el Cabildo desde el inicio del mandato, que comenzó instaurando que los plenos cuenten con intérprete de signos de lengua española.
El regaliz para el negro y la menta para el verde
El regaliz no podía ser otro color que el negro, la menta el verde y el limón el amarillo, y de esta manera los más pequeños con dificultades visuales pueden disfrutar de colorear, también de aprender el braille, o los adultos levantar la esfera de su reloj y comprobar la hora, aunque las nuevas tecnologías han hecho que todo avance y ahora los relajes cantan la hora y hay diversidad de plataformas inclusivas, incluso robótica disponible.
Es usual, por otra parte, el impulso de acariciar un perro guía, sin embargo, lo correcto es preguntar primero a la persona que acompaña, no darle comer y respetar que, en realidad, está trabajando. No hay que dejar otros perros sueltos que lo molesten, no hay que tirar de su correa, y desde luego no hay que tenerle miedo. Es fundamental, pide el decálogo para tratarlos, recordar que los ojos de ese perro son los de la persona a la que guía y actuar en consecuencia. Al verlo, es preferible, además, no cruzar los pasos de peatones en rojo porque ello confunde al animal.
Libros infantiles para signar cuentos o una empresa que recicla aceite y da trabajo a personas con discapacidad es otra de las propuestas que recorre la Isla y que, tras pasar por Arucas, Santa Brígida y ahora la capital, seguirá promocionando que recicla el aceite, que la recoge en asociaciones, colegios u otros puntos, además de en su sede, y que solo emplea a personas con discapacidad.
Con “capacidades diversas”, lo que necesitan en otras ocasiones son unos simples pictogramas que les facilite la comunicación sin necesidad de saber leer o escribir, algo que finalmente beneficia a toda la sociedad, incluidas las personas mayores y los turistas, que de esta manera también entienden mejor.
El gran apoyo que ha dado el mundo náutico a las peticiones de las organizaciones con una veintena de veleros adaptados, campeonatos en silla de rueda y voluntarios que se vuelcan con las distintas causas también proseguirán su recorrido por los municipios para lograr así que la inclusión le dé la vuelta a Gran Canaria.