Una exposición pone a la vista del público una de las colecciones de autógrafos más importantes de Canarias y España
La Casa-Museo León y Castillo de Telde inaugura este lunes, 12 de diciembre, a las 11.00 horas, la exposición ‘La imagen del poder a través de los autógrafos de Presentación Suárez de la Vega’. La muestra pone a la vista del público de forma gratuita y hasta el 31 de enero parte de una de las colecciones de rúbricas más importantes de Canarias y España. En la nómina figuran las firmas de Franklin D. Roosevelt, Benito Mussolini, el rey Alfonso XIII o el papa Pío XII, entre otras múltiples personalidades de finales del siglo XIX y principios del XX.
Entre los diversos fondos documentales del citado centro dependiente de la Consejería de Cultura del Cabildo de Gran Canaria se encuentra el perteneciente a Presentación Suárez de la Vega, antiguo funcionario de la corporación insular que durante sesenta años fue reuniendo una valiosa colección de autógrafos.
La exposición tiene por objeto acercar al público más de doscientos treinta autógrafos de los más de 1.000 catalogados hasta el momento, que conforman una pequeña parte de los casi 11.000 que reunió en vida Presentación Suárez. La muestra gira alrededor de cuatro bloques temáticos organizados en torno a personas que ostentaron cierta influencia política, social, religiosa o militar a nivel local, nacional e internacional.
De los más de doscientas piezas autógrafas que se exhiben, un total de 54 corresponden a autógrafos fotográficos de personajes relevantes como los propios hermanos Juan y Fernando León y Castillo, Benito Pérez Galdós, los políticos Luis Morote, Antonio Maura, Práxedes Mateo Sagasta o José Franchy y Roca, junto a Francesc Macià, Manuel Azaña, Franklin D. Roosevelt y militares de la talla de Valeriano Weyler, José Millán Astray, José Sanjurjo Sacanell, Omar N. Bradley, Patrick Hurley, Nogi Maresuke o Gaishi Nagaoka.
Presentación Suárez, siguió la costumbre decimonónica de coleccionar textos manuscritos y dedicados de personajes relevantes, con un carácter conmemorativo y de recopilación. La intención, expresada por el coleccionista, era crear un auténtico Museo de Autógrafos de Ilustres Personalidades.
Su afición se inició a principios del siglo XX y uno de los primeros autógrafos recopilados fue el de Benito Pérez Galdós. Gracias a su tesón, fue recibiendo la rúbrica, algunos en fotografías, de papas, políticos, diplomáticos, militares, literatos, artistas, actores, cantantes líricos, músicos o científicos.
Suárez de la Vega realizaba una lista previa de personajes relevantes de cualquier parte del mundo para, posteriormente, enviar una carta por correo ordinario, que incluía una petición escrita, una cartulina para la firma y un sobre franqueado cuando el personaje era español. Al recibirse contestación favorable, Suárez de la Vega insertaba el autógrafo correspondiente en el álbum establecido y en su reverso se adjuntaba una reseña o recorte periodístico del personaje en cuestión.
Los visitantes podrán interactuar con los objetos expositivos a través del uso de códigos Qr (Quick response: respuesta rápida o inmediata) mediante el uso de un móvil o tableta inteligente. Su aplicación en la exposición permite al usuario ampliar la información que ofrecen los distintos paneles y documentación original con texto y contenidos multimedia relativos a la biografía y contexto histórico de las personalidades representadas en los autógrafos.
Los autógrafos en la Historia
Los primeros ejemplos de álbumes de autógrafos los encontramos en la antigua Roma con el denominado Álbum praetoris, cuya finalidad era la de recoger elogios a los difuntos por parte de sus conocidos, con afán recopilatorio.Pero sin duda el antecedente más directo del prototipo de álbum de autógrafos del siglo XIX, se encuentra en los libri amicorum de los humanistas, que procedían de los álbumes monásticos de la Edad Media, donde los huéspedes del monasterio, llegado el momento de la partida, dedicaban una frase de agradecimiento a los monjes.
Estos libri amicurum son los que desembocarán en el siglo XVIII en los libros de visitas y posteriormente ya en el XIX en los álbumes de autógrafos. Será en el siglo XIX donde lo que en un principio había sido un uso coleccionista de los monjes y de los humanistas pasará a convertirse en una práctica de la sociedad burguesa femenina de esta época.
En España, los primeros comentarios sobre los álbumes de autógrafos se empiezan a dar sobre 1835 en artículos periodísticos. Aquí ya se empieza a hablar de la introducción en nuestro país de esta costumbre femenina importada de París y Londres.
Por lo tanto, será en el primer tercio del XIX cuando el álbum de autógrafos se asiente en España de forma clara, configurándose así como género con unas características que lo identifican, como son la colección de piezas literarias, gráficas, musicales y en general artísticas, de afamados personajes de la época.