Unos 50 representantes de 25 comunidades de regantes del municipio de San Bartolomé de Tirajana, acudieron el pasado siete de julio al Centro Cultural del Mayor de San Fernando de Maspalomas, para participar en la presentación de los beneficios para el sector agrícola del proyecto Salto de Chira. El acto fue convocado por el alcalde en funciones, Samuel Henríquez, quien estuvo acompañado por el presidente del Cabildo, Antonio Morales, junto al consejero de Sector Primario y Soberanía Alimentaria, Miguel Hidalgo, y Yonay Concepción, director del proyecto Salto de Chira, quienes explicaron el proyecto y respondieron a las numerosas preguntas formuladas por las personas presentes.
El objetivo de la reunión fue dar a conocer la incidencia que tendrá en el sector agrícola el proyecto Salto de Chira, si bien el interés de los/as asistentes se centró en lo relacionado con el agua de riego y el agua de abasto para la zona de cumbres y medianías, que en la actualidad viven una situación complicada por la escasez de recursos hidráulicos, teniendo que recurrir a la compra de cubas de agua para poder disponer de agua, tal como dejaron de manifiesto en diferentes intervenciones. Esta situación se agrava en los largos periodos que padecen con escasas lluvias y que cada vez son más prolongados. Por ello, las personas que acudieron a la reunión coincidieron en que este proyecto viene a dar respuesta a la principal necesidad del sector agrícola sureño y para la población del interior, tal como quedó reflejado en la preocupación unánime sobre si podrían disponer del agua desalada que se elevará a las presas, así como el precio que tendría el agua una vez embalsada, a lo que recibieron repetidamente la misma contestación: la concesión de la central hidroeléctrica generará un canon anual que abonará Red Eléctrica Española y éste se usará para abaratar el precio del agua para la agricultura.
Igualmente, se interesaron por la calidad del agua y el estado de las presas, a lo que fueron respondidos por el responsable del proyecto en el sentido de que la calidad del agua desalada será excelente para el uso agrícola, así como explicó que se han realizado los estudios de las presas y que estas han dado un resultado óptimo con total garantía para el almacenamiento de forma alterna en los momentos en que se ponga en funcionamiento la central hidroeléctrica reversible.
Las comunidades de regantes del municipio sureño están compuestas por agricultores profesionales que viven de sus explotaciones agrícolas, así como por personas que tienen pequeños cultivos y huertos, o derechos sobre las aguas. La insistencia y preocupación de estos colectivos fue una puesta en escena de las históricas demandas de agua en Gran Canaria, sobre todo que puedan disponer de este elemento a precios que permitan una producción competitiva y poder cubrir costos para mantener las explotaciones agrícolas, lo que permitirá continuar con la actividad la población arraigada en esta zona, donde apenas hay otras actividades económicas que se puedan desarrollar. Por ello, del rendimiento de la explotación depende la supervivencia de la actividad agrícola y de la propia existencia de los pueblos y caseríos del municipio.