La pieza, cuya restauración ha corrido a cargo de la especialista Amparo Caballero Casassa, se expondrá próximamente en una gran muestra sobre la figura y la obra del imaginero guiense prevista por el Gobierno Insular en San Martín Centro de la Cultura Contemporánea
El Cabildo de Gran Canaria ha presentado al público la restauración del Cristo Crucificado de la Sala Capitular de la Catedral de Santa Ana, obra del imaginero guíense Luján Pérez, con ocasión de una nueva entrega de la actividad 'Patrimonio Abierto', impulsada por el Servicio Insular de Patrimonio Histórico para difundir no solo el rico legado histórico, artístico y cultural de la isla, sino las acciones emprendidas para garantizar su conservación. Al acto acudió el coordinador general de Cultura, Patrimonio Histórico y Museos de la Corporación, Larry Álvarez.
EL MEJOR. Realizado en 1793, el Crucificado de la Sala Capitular es una obra destacable dentro de la producción del famoso imaginero guíense Luján Pérez, quien, al parecer, talló otra decena de Crucificados de tamaño procesional, ninguno de los cuales superó a este primero. Cercano a la Escuela Granadina, el Crucificado de la Sala Capitular destaca por su elegancia estilística y sobriedad estética, que lo alejan de los cánones generales del Barroco. La pieza, cuya restauración ha corrido a cargo de la especialista Amparo Caballero Casassa y costado 7.500 euros, se expondrá próximamente en una gran muestra sobre la figura y la obra de Luján Pérez, prevista por el Cabildo en San Martín Centro de la Cultura Contemporánea.
LA INTERVENCIÓN. Tras dos meses de trabajo para la puesta a punto de la talla, alterada por el paso del tiempo y el envejecimiento natural de los materiales, así como por su uso con fines procesionales, ésta ha visto muy mejorado el estado de su policromía, que antes de la restauración mostraba un gran desgaste y erosión. Así, según el informe técnico, presentaba "craquelados con fragilidad en algunas zonas así como pequeñísimas ampollas en partes muy concretas". Los técnicos habían detectado también "numerosas faltas y fuerte acumulación de polvo graso y restos de insectos", una suciedad que tiende a incrustarse en la capa de barniz o policromía. Por último, tanto la cartela de plata (INRI) como la corona de espinas y el cordón del paño de pureza se encontraban "muy deteriorados", según el citado informe, que reflejaba así mismo cómo el soporte se encontraba en mejor estado, "únicamente" con "grietas leves" en ambos brazos, en la zona de los hombros, como suele ser "habitual en las tallas de crucificados" y en alguna otra zona.
Todos los tratamientos aplicados son reversibles y los materiales inocuos. De igual modo, aquellos que pudieran dar una aportación estética diferente de la suya, son discernibles, evitándose así la confusión entre original y la intervención. De hecho, en la mayor parte de las fases del proceso de restauración, las actuaciones han sido muy puntuales, centradas en zonas muy concretas (las únicas partes del proceso que afectaron a la obra completa fueron la limpieza y el tratamiento de nutrición y protección final).