Como ha reconocido el propio técnico del Real Valladolid antes del partido, Sergio González, ha sido una semana "muy dura", por el dolor y la tristeza que causó el ridículo sufrido ante la Real Sociedad en la anterior jornada y por el malestar que los aficionados han hecho público a través de la Federación de Peñas.
Valladolid y Huesca serán finalmente los dos equipos que acompañen al Eibar a Segunda División. El cuadro de Mendilibar era el único de los tres equipos que llegaba a la última jornada ya sin opciones de permanencia, mientras que el de Sergio González y el de Pacheta debían ganar sus partidos para creer en sus posibilidades.
Ninguno de ellos lo hizo. Los vallisoletanos se vieron superados por el Atlético de Madrid después de adelantarse en el marcador gracias al tanto de Óscar Plano a la contra. Necesitaban una carambola para salvarse, pero solo valía si lograban primero un triunfo que no llegó. Más de cara lo tenía el Huesca, que tan solo necesitaba ganar para salvarse. No pudo hacerlo ante un Valencia que no se jugaba nada.
Así, la gran decepción se la llevaron vallisoletanos y altoaragoneses, mientras que la gran alegría fue para Elche. El conjunto alicantino necesitaba ganar y que no lo hiciera el Huesca y cumplió su cometido, al doblegar al Athletic Club por 2-0.
El Huesca dependía de sí mismo en la última jornada pero no hizo los deberes. El triunfo le salvaba y solo pudo firmar un empate en El Alcoraz ante un rival que ya nada se jugaba en el envite. El punto sumado no le sirvió, pues la victoria del Elche ante el Athletic le acabó condenando.
El Elche se salvó del descenso tras cumplir con la que era su parte, vencer al Athletic Club con goles de Lucas Boyé y Guti, y beneficiarse del empate en El Alcoraz entre Huesca y Valencia. Un sufrido pero alegre colofón para el equipo de Fran Escribá, que no dependía de sí mismo en esta última jornada.