Con la fuerza de la tranquilidad, con su liderazgo y trabajo, Italia ha actualizado su juego, dando un paso adelante, atacando más y jugando mejor, sin olvidar su ADN y la atención defensiva, la base de los anteriores cuatro Mundiales y de la Eurocopa de 1968
En la que será recordada como la 'Eurocopa de Inglaterra', porque la selección inglesa disputó en Wembley todos sus partidos menos uno, la escuadra de Mancini se hizo con su segundo título europeo en la tanda de penaltis y en casa del 'anfitrión'.
Italia e Inglaterra empataron 1-1 después de los 120 minutos de la final de la Eurocopa, que se decidió en la tanda de penaltis después de los tantos de Luke Shaw y de Leonardo Bonucci. Desde 1976 no se decidía una Eurocopa a los penaltis.
Italia, que conquistó su segundo título de la Eurocopa, llegaba a la final de Wembley a completar un trabajo empezado hace tres años con Roberto Mancini en los que no ha perdido ni un partido (34). El técnico italiano recogió a un equipo hundido, sin ideas ni confianza y lo convirtió en un grupo que este domingo alcanzó la gloria europea.
"Solo un loco dijo hace tres años que podíamos llegar a este punto, y es Mancini. Siempre creyó en nosotros. Somos un grupo maravilloso, y llegar a este punto tras tanto sufrimiento es algo extraordinario", afirmaba el centrocampista Federico Bernardeschi tras ganar la semifinal en la tanda de penaltis contra España.
La guinda llegó este domingo en Wembley.