Ahora queda por ver cuántos jugadores del primer equipo azulgrana dan el visto bueno a esta solución de emergencia y, sobre todo, si la misma recibe el visto bueno del Órgano de Validación de LaLiga, que es quien tiene la última palabra y quien hace aplicar a rajatabla la normativa económica.

Queda poco menos de un mes para que empiece LaLiga Santander y el FC Barcelona busca cuadrar cuentas a contrarreloj para intentar iniciar la competición con Leo Messi en su plantilla. Cabe recordar que el astro argentino se encuentra sin contrato, como agente libre, desde el pasado 1 de julio tras expirar su antigua vinculación con la entidad azulgrana.

Según informa Emilio Pérez de Rozas en El Periódico Mediterráneo, lo que propone el Barça es una doble o triple fórmula: pagar cada temporada el 60% del contrato a la plantilla, y el otro 40% de cada año el club lo pagaría alargando el contrato del jugador dos o tres años más. Lo que se denomina un pago diferido. Al parecer, esa fórmula ya fue la que surgió como propuesta o solución en las reuniones con la Gestora.

Tras esta fórmula expuesta a la plantilla en el seno del vestuario hay diversidad de opiniones. Según la información, uno de los capitanes, Sergio Busquets, que tiene contrato hasta el 2023, no vería con malos ojos esa fórmula, pues su intención es irse a jugar a Estados Unidos en el 2024; Gerard Piqué, que alargó su contrato hasta el 2024, ya le dio su visto bueno; Sergi Roberto, al que solo le queda un año más de contrato, no parece poner dificultades y más si le alargan su acuerdo uno o dos años más. Y el que parece que se resiste, tampoco mucho, es Jordi Alba, que concluye su contrato en el 2024.