El director deportivo del PSG ha acusado al club blanco de actuar de manera "ilegal" en el caso Mbappé. La normativa FIFA obliga a los interesados a contactar primero con el club del jugador antes de negociar. Todo hace indicar que es un mero lavado de imagen ante la probable pérdida del emblema del fútbol francés

Se acerca el 31 de agosto, fecha en la que se cierra el plazo de inscripción de jugadores tanto en Francia como en España y el culebrón Mbappé borbotea con más fuerza que nunca.

Este martes el París Saint-Germain destensó la cuerda con el delantero francés, que ha rechazado varias ofertas de renovación, y ante el temor de ver cómo se marcha el año que viene a coste cero ha decidido iniciar un diálogo con el Real Madrid, aunque sea por vía indirecta.

El conjunto parisino, que se ha erigido como el gran superhéroe del verano firmando a jugadores como Sergio Ramos, Leo Messi, Donnarumma o Achraf Hakimi, teme que estas macrooperaciones queden descafeinadas con la marcha a última hora de la estrella del equipo.

Por lo tanto, de lo que trata ahora es de jugar su papel. El director deportivo del club, Leonardo, ha asegurado que "si el jugador quiere irse se irá, pero con nuestras condiciones".

De hecho, el brasileño ha acusado al club blanco de "una actitud irrespetuosa incorrecta e incluso ilegal". ¿A qué se refiere el directivo parisino con estas palabras? A los posibles contactos que se han tenido desde Concha Espina con el entorno del jugador en los últimos meses para que no renovara con el club parisino. Unos cantos de sirena que nadie ha desmentido, pero tampoco confirmado.

El Reglamento sobre el Estatuto de los Jugadores de la FIFA, normativa que regulariza los traspasos internacionales, obliga a los interesados a contactar en primer lugar con los clubes del que el jugador es propiedad para pedir permiso para negociar: "Un club que desee concertar un contrato con un jugador profesional debe comunicar por escrito su intención al club del jugador antes de iniciar las negociaciones con el jugador", reza el artículo 18.3 de dicha normativa.

Leonardo entiende que el Real Madrid ha negociado directamente con el jugador, lo que supondría infringir dicho precepto.

En el caso de que Mbappé no llegara al Real Madrid en este mes de agosto, el panorama a partir del mercado de invierno sería mucho más afable para el club blanco, pues a partir del 1 de enero, podría negociar con el delantero sin necesidad de contactar previamente con las oficinas del Parque de los Príncipes: "Un jugador profesional tendrá la libertad de firmar un contrato con otro club si su contrato con el club actual ha vencido o vencerá dentro de un plazo de seis meses", continua el precepto.

El riesgo que conlleva apurar los meses para conseguir que Mbappé llegue gratis radica en que al francés le lleguen ofertas más suculentas económicamente de clubes-Estado como el Manchester City y lo que en agosto era una operación controlada se convierta en una subasta.

El Reglamento advierte que "cualquier violación de esta disposición estará sujeta a las sanciones pertinentes". Cabe recordar que en 2017 el Atlético de Madrid denunció al FC Barcelona ante la FIFA por un caso muy similar con el francés Antoine Griezmann. Fue el director de relaciones institucionales del club, Guillermo Amor, quien reconoció en el micrófono de Mónica Marchante que "puede ser que haya habido un acercamiento" con el francés durante el periodo protegido, pues el delantero no terminaba contrato en los 6 meses siguientes. A final, el Barça se vio obligado a pagar un plus al Atlético a cambio de evitar la denuncia.

¿Hay riesgo real?

¿El PSG tendría motivos para denunciar al Real Madrid ante la FIFA? Si tiene pruebas de que desde España se ha buscado la no renovación de Mbappé con el club de Mauricio Pochettino sí. Sin embargo, teniendo en cuenta los precedentes todo hace indicar que una denuncia solamente prosperaría en el caso de que el jugador optara por rescindir sin causa justificada su contrato durante el periodo protegido. Una circunstancia que todo hace indicar que no sucederá por dos motivos: porque en cuestión de meses será libre para negociar con cualquier club y, en segundo lugar, porque el propio jugador se expondría a una dura sanción.

El artículo 17.3 del Reglamento establece que "además de la obligación de pago de una indemnización, deberán imponerse sanciones deportivas a un jugador que rescinda un contrato durante el periodo protegido. La sanción consistirá en una restricción de cuatro meses en su elegibilidad para jugar en cualquier partido oficial. En el caso de circunstancias agravantes, la restricción será de seis meses".

Lejos de este ruido de sables, todo hace indicar que es cuestión de tiempo que PSG y Real Madrid lleguen a un acuerdo para que Mbappé vista de blanco.

Por lo tanto, no tendría sentido que en medio de esta negociación el club francés quisiera romper la cuerda con la entidad de Chamartín. Más, cuando se trata de dos clubes amigos que en las últimas temporadas se han intercambiado jugadores, como Keylor Navas, Areola o Jesé Rodríguez.

Otra cosa es que desde el Parque de los Príncipes se tenga que vender la imagen de dura negociación ante la amenaza de perder al emblema del fútbol francés.