Del país de la beneficencia y de los actos caritativos, al país que debe promover actuaciones de justicia social en favor de aquellos que peor lo pasan, en ocasiones poco hemos cambiado. La exhibición de las actuaciones que dan respuestas a las desigualdades sociales tienen nombres y apellidos que se relacionan: populismo, oportunismo, caciquismo, clientelismo, electoralimos...

La solidaridad se ejerce desde la discreción y el pudor, porque la dignidad de las personas que lo pasan mal ha de estar por encima de las fotos y las notas de prensa. Ya tienen bastante con el estigma social que supone no tener recursos para hacer frente a las necesidades básicas de un ser humano, para que se exhiba esta situación solo con una finalidad propagandística y de exaltación de un ego político que produce náuseas.

Sirvan dos interrogantes como ejemplo:

¿Es necesario hacer entrega de las llaves de las viviendas públicas a los que la necesitan en actos públicos, con presencia de medios de comunicación, con apretones de manos y con fotos de sonrisas impostadas?

¿Es necesario entregar becas, talones o material escolar, a los que por justicia social les corresponde, previa foto y nota de prensa?

Quienes así actúan ponen de manifiesto su mezquindad, su falta de pudor, y quizá sería conveniente que se preguntarán como se sentiría si estuviera en la piel del que recibe la ayuda. Las políticas sociales se tienen que ejercer desde la discreción y la confidencialidad, porque se puede carecer de recursos, pero eso no significa que para compensarlo haya que vender y publicitar la dignidad de los que peor lo pasan, para dar satisfacción al ego de quienes solo generan vínculos que les permitan seguir adheridos a su sillón.

Resulta penoso que estas situaciones se sigan produciendo en nuestra sociedad, pero más penoso aún es su normalización y justificación. Las políticas sociales se tienen que valorar por su eficacia en la prevención y en las intervención para superar las desigualdades, jamás por la foto y el exhibicionismo de quienes sufren la pobreza.

Fd. Manuel J. García Morales. Concejal del PSOE en el Ayuntamiento de Guía.