Pueden acogerse para ejecutarlo a las pérdidas económicas producidas en estas dos últimas temporadas.
Estamos hablando de despidos colectivos, es decir un mínimo del 10% del total de los trabajadores del club.
La semana pasada Javier Tebas, aprovechando un desayuno en Europa Press, daba a conocer las pérdidas globales del fútbol español como consecuencia del COVID. Unas pérdidas que el presidente de la Liga cifró en dos mil millones que los clubes de fútbol han logrado reducir a 1029 gracias a una reducción de los gastos en 984 millones de euros.
Una situación económica que, según hemos podido saber, podría llevar a algún club profesional a emprender este verano un ERE en su plantilla, un expediente de regulación de empleo.
Una herramienta para poder extinguir contratos de futbolistas con unas fichas desmesuradas y a las que el club no puede hacer frente debido a esta situación del COVID. Más cuando, aunque se ha permitido el acceso limitado de público a los estadios en las dos últimas jornadas, todavía no hay una fecha concreta para el regreso de los aficionados al fútbol profesional. Una fuente muy importante de ingresos para todos los clubes profesionales españoles.
Así pues, no debe sorprendernos si algún club emprende un ERE en los próximos meses para así reducir la masa salarial.
Para poder ejecutarlo, los clubes deberán llevar a cabo lo que se conoce como un ERE colectivo. Es decir que afecte como mínimo al 10% de trabajadores del club.
Hay precedentes de despidos individuales a futbolistas que han sido recurridos ante la justicia con sentencias favorables al jugador al determinar que los despidos individuales de deportistas profesionales por cuestiones económicas no pueden llevarse a cabo como consecuencia del decreto 1006 que regula esra relación laboral especial.
Luego, para poder ejecutar un ERE, siempre por cuestiones económicas, debe llevarse a cabo de la siguiente manera. A diez trabajadores en aquellos clubes que tengan menos de 100 empleados. El 10% en aquellos que cuenten entre 100 y 300 empleados y treinta trabajadores en aquellos con más de trescientos en su estructura actual.
Un ERE que no tiene porqué afectar exclusivamente a los futbolistas, sino que puede extenderse a todos los trabajadores que forman parte del club. Y entre ellos los futbolistas.
Según varios expertos consultados, no debe sorprendernos si cualquiera de los 42 clubes del fútbol profesional decide este verano acogerse a esta herramienta legal para poder dar salida a jugadores con fichas muy elevadas y que todavía tienen contratos de larga duración.
Las pérdidas económicas derivadas del COVID les ampara legalmente para poder llevarlo a cabo.