Los representantes de los dueños del club, que son los más de 140.000 socios, tendrán la enorme responsabilidad de aprobar unos puntos del orden del día de suma importancia para el presente y el futuro del FC Barcelona
Agárrense porque en los próximos días vienen curvas en el FC Barcelona. El miércoles conoceremos el contenido de la famosa ‘Due Diligence’ de la mano del CEO Ferran Reverter después de seis meses de ‘forensics’.
Seremos informados con todo lujo de detalle, o eso han prometido, de la naturaleza de algunos contratos firmados por el FC Barcelona bajo la presidencia de Josep Maria Bartomeu. ¿Habrá algo más que “indicios delictivos”? ¿Acabará alguien en los juzgados? Todo el mundo, incluso los que ya están siendo quemados en la pira de la plaza mayor, desea que se conozca la verdad, se depuren responsabilidades si las hay y se cierre este nuevo capítulo que enfrenta a dos juntas directivas, algo nada nuevo bajo el sol barcelonista.
Y de las consecuencias que se deriven de la due diligence pasaremos a la Asamblea de Socios Compromisarios del día 17. Los representantes de los dueños del club, que son los más de 140.000 socios, tendrán la enorme responsabilidad de aprobar unos puntos del orden del día de suma importancia para el presente y el futuro del FC Barcelona.
Algunos de ellos, como era previsible, están provocando mucha controversia y me pregunto si, en aras de una mejor comprensión, y hasta cierto punto por ‘pedagogía’, no hubiera sido mejor crear una comisión y explicar con mucho más tiempo de antelación, por ejemplo, la propuesta de modificación de los estatutos. Cómo será que en 2013 la actual vicepresidenta Elena Fort pedía para ello una Asamblea Extraordinaria.
Que cualquier persona, de cualquier parte del mundo, pueda hacerse socio de forma telemática sin tener que pisar el Camp Nou y gozar de los mismos derechos al cabo de un año está levantado ampollas. Son muchos los socios que piensan que una cosa es ser simpatizante del Barça y otra muy diferente ser parte activa y social del club. Se preguntan dónde quedará el sentimiento de pertenencia que históricamente ha pasado de abuelos a hijos y a nietos. Que miles de chinos, por ejemplo, o de cualquier otra nacionalidad, puedan llegar a influir a miles de kilómetros, sin conocer la historia del club, en decisiones de vital importancia para la entidad no acaba de entenderse bien.
Igualmente está provocado críticas la pretensión de suspender provisionalmente el artículo 67, que obligaría a la junta a dimitir si durante dos años cierra con pérdidas. Aquí se entiende que ante las actuales dificultades económicas sea casi imposible volver al patrimonio neto positivo en pocos años, pero algunas voces muy autorizadas piden que haya una propuesta alternativa, no dar un cheque en blanco a la junta directiva.
Hay que tener en cuenta que esta reforma estatutaria se votará en bloque. Es decir, o se aprueban las nueve propuestas o no se aprueba ninguna. Y para que eso ocurra será necesario que den su aprobación dos terceras partes de los compromisarios. Es decir, el 66,6% de los presentes. No es de extrañar, por lo tanto, que la Junta Directiva ande un poco nerviosa por lo mucho que hay en juego el día 17.